Amó, sufrió
y volvió a amar.
Amó con fuerza
hasta tocar la muerte
sin mirar atrás.
Amó hasta romperse,
fue luz y fue agua
en profunda soledad.
Tocó los cielos,
pisó la tierra,
besó mil veces
y se dejó besar.
Hoy lleva un fruto
en su vientre lleno
y ya lo ama más.
De ahora y por siempre
porque sabe amar.