Andy Mainländer

Ella está en todo

Estoy viendo sus ojos;

en el corto vestigio de luz;

sus manos son mis acordes;

su voz es un arcabuz.

 

Quebrará fácilmente mi almete,

se llevara mi sonrisa con ella;

sus ojos serán mi luna;

mi dulce pesar de estrella.

 

Toda razón y lógica,

se perdió ayer al verla;

al besar su labio de cicuta;

y recostarme en su pecho de seda.

 

Mi materia ayer le dejo;

mas mi éter quedo en sus cabellos;

mi cavilar en sus dulces labios;

mi ilusión en sus ojos bellos.

 

Las sonatas, los preludios,

los poemas, las tarantellas;

fantasías y odas;

todos hablan de mi doncella.

 

Los prados de fontanella;

el amanecer en su confín;

son sus ojos perlados;

es su ser de jazmín.

 

Ojalá no exista fin,

en esta afección que nos tenemos;

pues quiero morir en su pecho;

y al mirar sus ojos reconocernos.