Cuento el tiempo que llena la cubeta
para saciar plegarias al sediento.
Simple. Miro mi mano repleta
y tu mano vacía y alimento
bondades del destino.
Errante la balanza
viste de peregrino.
Cosecha incertidumbre y desconfianza.
Con las gotas de lluvia que recojo
hago túneles hondos en la piel,
que quisiera limpiar con lo que escojo
quisiera convertirla en vergel,
que no esfume ilusiones que sentí,
que haya ríos de agua fresca en ti.
©JoséLuisGalarza