Camino en este día
a una región abierta,
obcecado voy alerta,
arrastrando mi poesía,
que es como fantasía,
que abre mil caminos,
sin saber de destinos,
es letra que me sangra,
universo que desangra,
versos sacros y divinos.
Inseguro, con miedos,
me traslado solitario,
ensanchando mi calvario
buscando los “Quevedos”
que puedan hacer dedos
para pintar un poema,
que son una estratagema
de mi poesía extraviada,
que no es muy letrada
y tampoco es una gema.
Tengo cándida ilusión,
para crear las inasibles,
arquitecturas imposibles
que tengan la bendición
y sean una nueva versión
de absolutas definiciones;
iconografías de emociones
sin afán mercantilista,
pragmatismo idealista
que aspira a ser canción.