En mi corazón no tienes cabida,
sentimiento cruel, y despiadado
veneno cruel, sembrado en agonía
dejas mi alma oscura y envenenada.
Para tu efecto no existe antídoto
solo oscura muerte y mucho dolor
amor, mucho amor, y no castigo,
un lugar en el corazón para el olvido.
No hagas del odio tu fiel amigo.
ciérrale las puertas de tu corazón
entiende, él no debe ser consentido
tiene que ser roto, como un eslabón.
Llama que consume en silencio
propagase raudo sin dirección,
rencor y dolor, perfecto binomio
convierte el alma, en oscuro carbón.
Restaurar mi corazón, solo él pudo,
Sofocar las llamas, de oprobio y dolor
En sus brazos encontré puerto seguro,
Y cautivado fui, por su grande amor.
Autor: Ángel R. Anaya Puerta
El Ángel de los sueños
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