Aléjate de mi y déjame
solo
envuelto en esta piel magullada
por el clima pesaroso
de tu soledad dispensada.
Déjame, por favor,
ya no me aceches
con esa mirada
que destroza mis emociones
y congela el escape
de esta vida subyugada.
Déjame, solo déjame,
y libérame de esta esclavitud
de la que no puedo huir
ni con la muerte de mi cuerpo
ni con la muerte de mi mente atribulada.
Déjame, solo déjame,
por favor.