Cuelgan estrellas
del cielo, y en la noche,
son sus farolas.
Como latidos
silentes y vibrantes
dejan sus guiños.
Sopla la brisa
y nubla sus pestañas.
tímidamente.
Yo las saludo,
les hablo en el silencio
con mis palabras.
Y las envío
mis besos y mis versos
para tus labios.
Porque muy lejos
tus ojos soñadores
miran al cielo.
Buscan los faros
que marcan el destino
de quien navega.
Y con tus versos
navegas por la vida
con tus poemas.
¡Qué bella nave
surcando entre las sombras
hacia tu puerto!
Y van mis besos
a unirse en tu poema
junto a tus versos.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/11/23