Érase una vez un niño...
En el piso de su casa se dieron las grandes batallas...
Caminos imaginarios resultaron ser las losas decoradas,
Cientos de chapas de botellas, los soldados más reales,
y en la mente infantil del niño, todo listo para la batalla...
Y así cada día...
Las tropas quedan listas por toda la sala.
Muebles que son edificios; cajas pequeñas camiones;
todos se lanzan a luchar en las \"calles\" de la ciudad,
y en todas direcciones las chapas (aguerridas tropas) avanzan...
Y allí, en la sala, pequeña y amueblada,
transformada en campo de batalla,
un niño dirige la imaginaria lucha...
¿Acaso fue general o soldado, en una vida pasada?
Cuerpo a cuerpo luchan las pequeñas chapas;
cara o cruz: así se decide quien pierde o gana.
Y de pronto, aparece la caballería,
que escondida detrás de unos zapatos, estaba.
Soldaditos a caballo deciden la lucha,
y poco a poco el niño se duerme en el piso de la sala.
Así termina la guerra, y entre dormido y despierto,
mi madre me lleva para la cama...
Hoy los juegos son absolutamente realistas,
aunque todo ocurre en una simple pantalla,
y son tan enajenantes, hasta en la muerte,
que luego en la escuela un niño saca una pistola...
y mata...
Frank Calle (6/ nov/ 2023)