Romance del amor implacable
Y podrán pasar los años
de una forma tan incierta,
y se tardará la luna
por lo poco que parezca,
pero nada hará más mieles,
que las que hacen las abejas.
Y vendrán grandes disfraces
y, también falsos profetas,
mas no cesará la lluvia
entre prados y calderas.
Podrá acabarse la vida
con los sueños que alimentan
pero, aunque parezca imposible
seguirá viva la tierra.
Y vendrán muchos motivos
a dejarnos tantas huellas,
pero no será el silencio
al que el tiempo lo atraviesa.
Caerán todas las lágrimas
y con ellas, mil tormentas:
pues, podrá nublarse el sol
y romperse así, la cuerda,
aunque pasen tres mil sombras,
aunque existan muchas pruebas;
un día será distinto
y saldrás de las tinieblas.
Así, triunfará el amor
y habrá Paz en la guerra.
Y podrán pasar los años
de sonrisas y poemas;
y vendrán tiempos peores
de añoranzas y tristezas,
mas la Fe será tan fuerte
como el alma de una piedra.
Reinará tanto el amor
como el habla en muchas lenguas,
y el poeta visionario
tendrá bien en su cosecha,
aquella que con dos versos
nos dibuja un gran planeta:
y se tardará la luna,
pero... nunca las estrellas.
Samuel Dixon