Nicolás Alejandro Gabriel

Empieza el mundo...

Empieza el mundo cuando despiertas.

A tu lado, testigo soy de las primeras gotas de los océano y de los primeros destellos de la luz.

Todo lo creas tú, como todo tú. 

Sentada en la cama, estiras tus brazos despejando tu cuerpo de cielo. Un aletargado bostezo se despide de tu alma. 

Vistes tus senos como la naturaleza a las flores. Incauta queda tu blanca desnudez por las ropas y ocultas las lindes de tu piel.

 ¡Ah! Esperaré ansioso mis paseos nocturnos por tus jardines colgantes de fucsias perladas.

Mientras te despabilas vislumbro tu belleza distraída, y siento por dentro la puja entre el caos y el orden. 

Y de un modo contradictorio, quiero decirte y no decirte, esconderlo, enseñarte. Guardarme para mí el secreto, que para ti no es secreto: 

¡Que te amo!