Vienes de un sueño, que en su lindura te causó llanto,
Reina tan bonita -que anhelas onirismos-
es posible crear mundos melódicamente,
repletamente de loas y con ausencias de ruinas,
maravillas en un mundo con beldad,
donde las radiaciones del astro diurno
nos vaticine dicha de novedad y nos conduzca
al portal de maravillas -donde se origine
la posibilidad de unificarnos en la noche
del idilio ávidamente con nuestras almas de éxtasis-
y sea posible encaminarnos aproximando
nuestros sentimientos que se acrecientan,
desde ya, en mi corazón y en tu corazón;
perfección será el rodearte de mi paz,
y yo circunscribirme de tu calma,
sublimemente en el acto de morar ya en tu interior
y nutrirme de la sonrisa de tu cariz en refulgencia,
para suturar los abscesos que emergieron
en los muros de nuestro ser desde su profundidad,
degustando de la magia de la limpidez del amor,
don que siendo bendito del cielo nos concedieron.