Nadie fue a despedirla, en el andén reinaba
La soledad y el silencio, era la única pasajera
Del tren de una noche oscura y fría.
Nadie escucho su llanto,
Nadie la oyó con tanto amor decir su nombre
Nadie estaba allí para consolarla
Para abrigarla entre sus brazos
Y decirle que todo pasara.
Cruel destino el de amar y no ser correspondido
Es por demás la mala suerte el morir de amor
Por alguien que ni siquiera lo merece.
Andarás bella mujer, con tus pesares
Buscando esa felicidad negada.
Nadie fue a despedirla, pues nadie supo de su partida
Aun en la distancia que nos separa de a poco
Puedo sentir el vibrar de su apenado corazón.
Dicen que la vieron alguna vez por el norte
Y que anduvo por la Patagonia entre la nieve y el frio,
Paseo por la sierra y llanuras, y ya
Caminó a casa de regreso, decidió morir
Al no encontrar, a ese hombre que le robo el corazón