Caminaba, donde el asfalto se enreda con la tierra,
el polvo, cual amante abrazo bruscamente el calzado
no dejando pizca de la esencia blanca del pasado.
Con un par de pasos, llegue donde crece pasto,
donde la naturaleza no oculta ni lo putrefacto
con el hedor que llega, como la mierda a mi zapato
la cual sin esperarlo había pisado
y molesto, solo seguí
caminando.