Nunca esperé hablar y ser escuchado,
sin embargo no quería hablar solo.
pero hablando con verdad y sin dolo,
el silencio es lo único que ha sonado.
Pensé, finalmente la he encontrado,
como causa de olvidar todo anhelo
y tan solo obtuve como regalo,
ni el bien ni mal, si no ser ignorado.
Se marchó el sol y el viento no ha soplado,
no soy victima de la decadencia,
pero siento que algo no he recordado
Me da lo mismo dicha indiferencia
de este mundo, del cual he contemplado,
al menos hoy, mi propia inexistencia.
Juan Amezcua