Por tu radiante sonrisa
que en tus labios se derrama
brota un canto tan divino
que se adueña de mi calma.
Por esa mirada intensa
que me cautiva y desgarra,
con el fulgor de su rayo
mi libertad amordaza.
Por el beso de tu boca
resplandece mi mañana
con aroma de gardenias
y tersura de las calas.
Por tus cálidas caricias
mis deseos se amalgaman
en la noches pasionales
que hacen suspirar el alma.
¡Ay! Que diera por tu amor
y que mi vida llenara,
para entregarte rendido
el corazón a tus plantas.