Se me hizo larga la espera,
me cansé de no cansarme;
me he convencido, no hay manera,
a tu "sí" ya no me aferro;
sé que prefieres a tu perro
y por él no puedes amarme.
Te hace gracia cómo mueve
la colita si está contento
y a mí que el diablo me lleve;
total, la vida es corta,
sólo tu perro te importa,
pero jamás lo que yo siento.
Si para orinar levanta
su patica con estilo,
algo tan simple te encanta;
por cosas tan simples te interesas;
lo siento, pero en cosas como esas
no puedo llevarte el hilo.
Te preocupa su comida,
te angustias si le da un calambre;
eres capaz de dar tu vida
por verlo satisfecho
y a mí, que tanto bien te he hecho,
me tienes acalambrado y con hambre.
Tiro cansado la toalla,
me rindo si a él lo prefieres;
no pasaré de la raya
que marca mi dignidad;
aunque si es tu felicidad,
puedo decir "guau" si tú quieres.