Alexandra L

Guajiro

Y preparaba la estancia con el arado en sus manos
la alegría le invadía en el llano roturado,
a lo lejos las montañas entre verde y azulado
se fundían con el cielo en abrazo apasionado.

Guajiro de sol y tierra en donde el tiempo ha marcado
surcos de profundas huellas donde corren ríos salados,
manos callosas y rudas que acarician el sembrado
señor de sierra y llanura, caballero de los campos.

Aroma a café y tabaco, gemir de viejas carretas atascadas en el barro,
 eco que sigue su canto y viaja desde el pasado
amor desgranado y fuerte sobre ese suelo sagrado, semilla pura simiente
con futuro colapsado, sudor, sangre, lomerío, bajo ese sol despiadado.

Trópico de los extremos, Caribe donde agitado corren  vientos de tormenta
sin observar calendario, sangran las yagas del tiempo sobre el suelo desolado
Ojos que miran sin ver, labios sedientos, gastados, generación que dio vida
al bello punto cubano.

Guajiro de sol y tierra,  dura corteza tus manos, corazón de sal y azúcar,
que firme como el Jagüey en el monte está enraizado,
magia es tu alma sencilla, tu mirar profundo y franco, campesino de mi tierra
voz que el dolor no ha callado.