¿Han probado la suave ternura
en la boca que mana dulzura
con su miel tan jugosa y sensual?
¡La que ofrece la gloria en su beso
y provoca febril embeleso
y aprisiona de forma total!
¿Han sentido las manos sedosas
que acarician de formas mimosas
y que logran se irrite la piel?
¡Y con tiernos amagos de encanto
nos cobijan con cálido manto
con perfume de rojo clavel!
De los mórbidos senos erectos,
¿Han bebido los vinos dilectos
que despiertan fogosa erupción?
¿Y en los lechos de suaves doseles
han sentido los raudos tropeles
de la tórrida y grande pasión?
¿En la estampa soberbia y gloriosa
de la dama con cuerpo de diosa;
han podido lujuria encender?
¡Cincelando la huella que imprime
del deseo locura sublime
que nos brinda infinito placer!
Si han sentido en el alma pasiones
que parecen de amor los ciclones
que te llenan de hermoso sentir:
¡Han abierto las puertas del cielo
que te ofrecen divino consuelo
que despierta la sed de vivir!
Autor: Aníbal Rodríguez.