Que triste se siente uno cuando no sabe que camino tomar. O peor aún cuando el camino que creía haber construido se deshace como la arena en el mar. Las dudas aparecen como mariposas en la primavera, esa angustia y presión en el pecho de repente vienen para quedarse. Te convences de que estas haciendo algo útil, pero es solamente para no admitir el fracaso. El miedo te corre por las venas, la vergüenza se te pega y no te deja respirar. La falta de experiencia te golpea de frente y es absurdo pedirle ayuda a alguien mayor, ¿para que? Pues creo que uno debe encontrar su propio destino, sin molestar a los que ya lo encontraron y a los que todavía lo están buscando. Entonces se hace mucho más difícil. Las ganas de dormir son más fuertes que los sueños, y la timidez es la reina de este castillo. Las soluciones se tornan inalcanzables. Las soluciones son una raza en extinción. Por momentos los días se bañan de algunos buenos momentos y te olvidas, pero cuando te querés acordar estas tan desviado como ayer. No pensé que dolía tanto crecer, no pensé que había que hacer cosas que uno no quería hacer. No pensé que me podía perder, y que costaba tanto volverme a encontrar. No me dijeron que era tan difícil querer alguien y que alguien te quiera. Contemplar una cara sin poderla tocar. No me dijeron que el corazón se lastima, y que no se vuelve a reparar. Que la gente sufre, y otros ganan sin parar. No me dijeron que costaba tanto la vida. Y tampoco pensé que diciendo esto me iba a avergonzar. Teniendo tanto y sin embargo sentir tan poco. ¿Por que es necesario hacer algo para ser alguien en la vida? ¿Por que no solo ser lo que nos toco ser?