Te acercas hasta mí, si entrego la mirada,
desde ese punto abierto, llamémosle deseo.
En la raiz del alma, suave es el borboteo
que sin querer provocas, aunque no digas nada .
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Paseas por mis ojos, desnuda y perfumada
con atrevidos tropos con los que me recreo,
a veces, me seduce tu grácil galanteo,
el que luego conviertes en perla nacarada.
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¡Oh! piel, preciosa piel, de tinta que procura
besarme de tal modo, que veloz y efusivo,
me entrego con las ganas de ser su tu cautivo .
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¡Oh!, mi ninfa soñada,de visible factura ,
voy a seguir tus pasos , para sentirme vivo,
y a dejar que mi aliento se funda en tu figura.
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Fotografía y poema : Ramón Bonachí.