Tan pronto supe
que no necesitaba
estar vivo
para hacer poesía
comenzaron las ausencias
a gatear por mi cuerpo
a lastrar mi piel
un cielo que igualaba
la edad del sol
a dibujar
símbolos fraudulentos
con palabras inmóviles al destino
hay lapsos
que la luz oculta
y besos que arrugan bebés
como la lluvia
se tatúa flores,
gira el brote
de la imposible muerte
ante la necesidad
de lo invisible
claridad traicionada
donde la naturaleza
de la esfinge
nos espera
con los ropajes del alma.