¿Quién llegará, mientras duermo eternamente?
¿Quién agitará la fuente de las quimeras,
y provocará las risas?
para el oído que no escucha mi nombre,
ni se entristece con la nostalgia,
de la noche sin rayos de luna,
que ilumine mi figura,
caminando por la habitación.
¿Quién mirará las palabras colmadas de sollozos?
cuando la brisa fresca inquiete los árboles,
y las fragancias de las flores,
celebren al hombre exánime,
cubierto de olvidos,
al dejar de mirarte.
¿Quién se acercará a tus ojos
y despertará lentamente los sueños?
para desliar los anhelos,
de la mirada inquieta,
con el brillo claro de la piel,
cubierta de sedas nuevas,
bajo rosas y lunas,
sin lágrimas ni lamentos.
¿Quién caminará por mi jardín,
silencioso, sin dejar huellas?
como la noche que lo quita todo,
sin dejar marcas,
o el agua que renueva todo,
sin cambiar nada.
¿Quién despedirá mi cuerpo
entre las rosas de la mañana?
¿quién apagará la luz y despertará la luna clara?
¿quién atrapará la mariposa,
con tan solo cerrar los ojos?
¿Quién enterrará los huesos?
¿Quién resucitará los sueños?