Háblame con tu sincera mirada,
con el brillo claro de tus pupilas
y sutiles matices de acuarelas
las que me acercan a tu voz alada.
Vamos de playa a la arena rosada
a mojarnos con las ligeras olas,
tendernos sobre las suaves toallas
y descansar hasta la hora encantada.
Jazmines loan la noche de aromas;
la cena nos invita a la terraza
en la quietud de la luna, de calmas.
Nos miramos, sonreímos. Los lazos
de nuestras manos nos delatan cómplices
que nos espera una noche de abrazos...