SU NOMBRE ES OLVIDO
Hoy que ya ni me acuerdo como llama:
la llamaré por el momento: olvido,
otro su amor ardiente le reclama;
y yo por su recuerdo perseguido.
¡Tiempos aquellos! Yo su enamorado,
ella abrazada a mi melancolía,
hoy vuelvo a las tristezas del pasado,
que en mi presente siento todavía.
Supe de su bodorrio casualmente,
no niego que causó mi desengaño;
tantas cosas pasaron por mi mente
que deseché por no causarle daño.
La noche que trajeron la noticia,
y no es cosa que niegue ni me asombre,
pero la gente dice con malicia,
que en su casorio pronunció mi nombre.
Puede que alguna vez lo haya querido,
¿quién de amor nunca arrojo alguna miga?
Es cosa que jamás sabrá el marido,
y no creo que ahora se lo diga.
¡Cómo me duele el alma todavía!
y a veces en mis noches la maldigo,
no recuerdo ni el nombre que tenía,
menos hoy que su ausencia es un castigo.
KIN MEJIA OSPINA.