(Dodecasílabos 7+5)
Y llueven las palabras en lo nublado
de una boca, de un cielo… y se acumulan
como un oasis salado en hojas pardas.
Lubrican a la tinta de mis poemas.
Y sin querer queriendo, ¡arruino todo!,
y sin tener la culpa, arruino todo.
La risa se voltea, el cielo llora
y entre la confusión, se arruina todo.
Hoy no fue un día bueno, solo llovió,
Se nublaron mis ojos… no salió el sol,
ni el brillo de la estrella, menos la luna.
Solo salió la bruma en la mañana…