el brujo de letziaga

La mota marginada.

El viejo polvo escapaba hacia las playas de oro, excepto la mota marginada, tormenta, brisa y calma, en la boca eterna del mundo embarazado. Fragmento de vida al paso, al trote y al galope, a regañadientes por las calles desiertas buscando el útero del fuego preñado. Luego, se convirtió en un aprendiz mortal que estaba en la sombra marginal, con dirección a la puerta de un ascensor con una sola entrada. Y vio la luz.