Te beso en mi cuarto
sin que estés,
alli anda tu espíritu
y lo se poseer.
Abrazo tu amor azul
en mi desvanecer,
volaste sin excelsitud
y sin menester.
Siento tu cuerpo
de arte cantando
en el tosco tiempo
del desencanto.
Tu presencia ausente,
enajenación perversa,
un despertar decadente,
anuncia inútil conversa.
Estoy confundido,
crisis existencial
en el tremedal hundido
trato de resucitar,
pasiones e idilios,
volver a besar
tus labios tibios.
No es cuestión de verte,
ni mirarte al pasar
el tema es tenerte,
y volver amar.
Mi esencia incandecente
te pretende desnudar
en un óleo trascendente
a la orilla del mar.
Mientras todo transcurre
he de esperar
tus sensuales irradiaciones
en un nuevo despertar.