Padre mío , de tu hombro emerge mi hombro;
de tus manos toscas, mis manos pulidas.
Es momento de pagarte con la vida , Lo que por mí hicieron tus heridas...
Trabajas sin descanso en esta holgada pobreza,
la gasa oprimida, cruda, y tú sigues. Esa es tu pureza...
Tu ser inquebrantable, voluntad dichosa y firme,
tu corazón robusto, copa ancha y gruesa,
tus manos como hojas elípticas, aserradas
al margen...
Tu alma brusca, áspera como un peñasco que se levanta en el mar...
Mirada ruda, que en su rescoldo se alza el iris
Agreste...
Te rompiste el lomo por mi , por mi futuro , ni el sol infierno ni el frío invierno sofoco tu coraje .......
Reconozco tu esfuerzo , tu labor , tú lamento .
Por eso que te bendigo , Padre querido , ahora es mi turno.
Mi corazón, mis manos, mi alma, mi mirada. Ahora te lo pago con mi sudor que una vez surcó tu frente...
Al presente , mi alma ligera como el suspiro del viento , por eso padre en estas líneas, yo respondo tu aliento...