Me encontré con un gato blanco en medio de la lluvia, él era muy pequeño y frágil. No me permiten tener gatos, así que lo acaricié un poco y continué caminando. Después de unas cuadras, volteé y noté que el gato blanco me seguía el paso con dificultad.
Decidí regresar y le dije: \"¿Acaso tú también estás solo? Te llevaría a casa, pero lamentablemente vivo con otras personas\". A lo que él respondió con un suave \"Miau\".
Lo tomé entre mis manos y se dejó caer rendido. No sé cómo lo lograría, pero el gato blanco se quedaría conmigo.