Fruto prohibido
Te has convertido, en un deseo, fruto prohibido,
de mi noche de insomnio más oscura y sombría
De mis deseos que desatan el infierno en mi alma,
que incendian la hoguera de fuego en mi cuerpo
Que inquietan y desquician a mi pensamiento,
deseo de tu imagen desnuda, ese fruto prohibido
Sin remordimientos guardo el deseo de tenerte;
sin importar las consecuencias de tu desprecio,
probando el fruto prohibido que me pervierte
De ese fruto prohibido en el edén de tu paraíso,
de tu desnudez que despierta lujuria en mi mente
Pensamientos prohibidos, que despiertan mi hombría;
de ese insaciable deseo de sentirte dentro en mi boca,
de tu hoguera que consume a mi cuerpo por dentro;
de versos que queman mis adentros, y a mente provoca,
murmurando en las noches, ¡Ven a probar lo prohibido!