diegovv

Sabor fresa

Taquicardia a las once de la noche,

Directamente causada por las lluvias de ponche.

Los errores que he cometido, ojalá hayan sido por algo,

Si no, ¿de qué valgo? ¿Cómo me salgo?

 

No encuentro el momento para explotar.

No sé precisamente como explicar

La situación hija de puta con la que me enfrento,

No sé si culpar a la ruta o si viene de adentro.

No me encuentro, estoy enfermo, y me detesto.

En cada resaca, tengo estos momentos.

 

Un momento aleatorio depresivo,

Recurrente, pero esta vez me puse un poco agresivo.

Y está escalando y ya no puedo conmigo

Porque me pesa el paso con el que prosigo.

 

Por lo menos, dolido, me siento y escribo,

Me encuentro y me miro,

Y quizás, por un breve momento, ya puedo conmigo,

Pero no lo consigo, y siempre revivo.

 

El Héroe de Leyenda, viviendo el sueño de su destino,

Embarca sobre el sendero de su camino,

Exudando un ambiente cristalino,

Sin saber para donde va ni de donde vino.

 

Sintiéndolo todo a través del cigarro,

Flotando con el aire de la ventana del carro. 

Las bocinas las estoy explotando, 

Porque me estoy entonando, a fuerza régida cantando.

 

Cinismo siniestro. Entre el humo me pierdo,

Y cuando me encuentro reviento.

Todo lo siento, y aunque a veces me miento,

En la noche, en mi centro. Es la noche, es mi centro. 

 

Son las once de la noche. Y siento las palpitaciones.

Me fui muy profundo y, al salir, mis patrones

Se repitieron. Una vez más de millones.

No me descompone, y aunque no mencione las verdaderas razones de mis delusiones,

Ojalá me perdonen y no me cuestionen

Cuando, en alas de aviones, rompa los guiones,

Encuentre visiones y desprenda presiones.

 

¿Qué más? ¿Qué fue?

¿Qué tal si por la noche apagamos los dos el cel?

¿Qué tal si esta noche nos llegamos a conocer?

Si cruzo de esta noche, no sé si podré volver.