Yo sembraré las flores más hermosas
y tejeré con ellas nuestro nido
donde el amor produzca, sin demoras,
el sentimiento puro y más benigno.
Esculpiré tu imagen sobre rocas
y adornarán tu pelo, muchos lirios,
que juntaré con flores de amapolas,
para ensalzar tu rostro tan divino.
Te albergaré en el alma, no lo dudes,
pues tú serás por siempre, mi princesa;
te albergaré en mi pecho, donde fluye,
el sentimiento puro por mis venas;
y te uniré a mi vida, sin reservas,
porque el amor es siempre el que nos une.