-De nuevo está atrás de mí.
-¿De qué hablas?
- El de siempre, aquel hombre que me sigue.
-Dime ¿Por qué siempre éste tema entablas?
Ya te he dicho que nadie te persigue.
:
-¿No lo ves de espalda o cargando tablas?
Ya pedí que un oficial lo investigue
-¡Tú!, ¡si serás! ¿Por qué siempre te endiablas?
¿Por qué dejas que tu mente te intrigue?
:
-¡Te dije que no estoy loco, ni enfiebro!
-¡No te dije eso, y no te hago un desaire!
pero cada vez que te oigo, me quiebro.
:
Luego se acerca un hombre con donaire
e inquiere mientras se activa el cerebro
-Señorita, ¿Por qué le grita al aire?.
«*»
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