Me dijiste de todo, hasta me
gristaste enojada, yo cruzado
de brazos en vez de darme coraje
me reía, por la forma que lo hacía
porque quería que dijera la palabra
amor, me di la vuelta porque no
quería caer en el mismo error o ser
parte de tú mal preseder.
Hoy te lamentas porque no soy parte
de tú mal genio, que solo a mi madre
le soporté y a ella con mi silencio
la disculpé, pero a tí mejor, solo que
volver contigo y ser feliz.