Mis ojos pueden ver lo que tus ojos anuncian,
aunque el camino sea desconocido,
y tus pies no lo hayan recorrido,
aunque mi camino se haya rendido,
y mis pies no tengan fuerza para emprender un nuevo viaje.
Tus ojos podrán ver lágrimas descender por las mejillas,
pero mi corazón estará gozoso,
porque me puedo sentar a tu lado,
y tus manos se posan sobre las mías,
para celebrar lo andado,
porque el camino nos llevó a la montaña,
a la inmensidad del mar,
a la cumbre de los sueños.
Tus ojos pueden ver lo que mis palabras anuncian,
un sendero sin tiempo, sin desfiladeros ni abandonos,
para protegerte en tu viaje mientras mi reloj se agota,
y mis ojos se cierran confiando en los tuyos,
caminando a tu lado,
sin temor ni desasosiego,
porque eres el héroe,
que me lleva al descanso,
y continúas el camino,
aunque mis palabras no escuches.
Mis ojos pueden ver tu corazón jubiloso,
sentarse en el trono de la humildad y la dicha,
para estar siempre alerta de lo que sucede a tu lado,
y proteger a tu linaje con libaciones de agua fresca,
que alivie el camino,
tomados de la mano caminan contigo,
con amor como equipaje,
y la felicidad como destino.