El único delito de estos tiempos es mantenerte firme en lo que piensas.
En lo que piensas por lo que ves con tus propios ojos y lo que tocas con tus propias manos.
Si no te haces ciego; sordo y mudo eres una amenaza para el plan.
Que el universo bendiga y múltiplique a los valientes que escriben desde la verdad de su corazón, sin repetir como papagayos castrados la narrativa oficial.
Dios bendiga a los herejes y a los disidentes, sobre todo si son poetas aunque no sepan nada de poesía.
En el nombre del padre que inculcó en el hijo el espíritu rebelde.
¡ Oh yes !