PINCELADAS.
Te vi pasar y estabas tan hermosa,
llamarte en ese instante pretendí,
te veías alegre, muy dichosa,
y sin saber por qué, me arrepentí.
No eras la misma, la mujer soñada
que un día sacudió mi pensamiento,
la que llevaba el sol en su mirada,
y perfumaba el aire con su aliento.
Pasó por mi memoria aquellos días,
en que de tu pasión me sentí dueño,
hoy mis manos de ti siguen vacías,
y sumergido en lágrimas mi sueño.
Te confieso; tenía mucho miedo,
miedo que regresara mi locura,
pero al verte de nuevo sé que puedo,
darle a tu amor eterna sepultura.
Hoy al verte reí de la ironía,
cuando te fuiste todo se acabó,
pensaba que al perderte moriría,
hoy solo eres un alguien que pasó.
Aquí termina nuestra triste historia,
que importa que el recuerdo me devore,
lentamente, saldrás de mi memoria,
aunque al verte otra vez, con risas llore.
KIN MEJIA OSPINA