jvnavarro
DE ESOS AMORES QUE MATAN
Un cuarto de luna ha salido
en esta noche estrellada
en que el sol arrulla a su enamorada
con muchos romances y ganas,
tantas que saltan chispas endiabladas
cuando los astronautas
cerca de la luna pasan
para fotografiarla y acariciarla.
Y ocurre que un sol de mil pesares
juega a lamer en la cara
a las estrellas que se dejan hacer
por aquello de estar de ellas prendadas
y hasta tal punto arden,
sol y estrellas, en llamas,
que un cuerpo de bomberos
permanentemente por allí arriba monta guardia.
Cuentan que tiene celos la luna
desde muy buena mañana,
pues el sol la quiere durante el día
pero por la noche cuando se marcha,
quién sabe lo que pasa.
Los cohetes que van a la luna
han visto cosas tan raras
que si por la boca largan, seguro que la arman.
Se sabe el sol querido
y tiende a la luna trampas,
la espía por las noches
y a veces le tapa la cara.
Se deja hacer la luna,
pone cara de plátano de Canarias.
Con tantas carantoñas a ella le pasa
que se fía poco y a lo mejor tira de la manta.
A la luna de mil amores
solo un amor la embriaga.
Es el sol su amante
y le regala rayos UVA que la abrasan.
Ella la luna tiende al sol puentes de plata,
y le ha comprado un piso
que es una monada,
con solarium incluido, en la Vía Láctea.
Amor de mil amores
por el cielo se propagan
suspiros y caricias,
besos y carcajadas.
Y pasa que quien en el cielo
se esconde de las miradas
corre el peligro de vestir santos
una larga temporada.
Dice un sexólogo clínico
que vive al lado de mi casa,
que si la luna quiere al sol
es posible que de esto salga
una especie de empanada,
de esas que si se atraganta
y por el esófago no pasa
pueden producir un mal karma.