Me parece tan solo ayer
que reías sobre mi pecho,
contando tus noches de miel
y yo escuchándote perplejo.
Ahora que no estás
de verdad ¡Me haces falta!
pero evitaré ese disfraz
de otoño sin alma.
Tus ojos me guiarán
por ese sendero tardío,
ahora los ángeles estarán
abrigándote del frío.
Tranquila puedes estar
te llevaré en mis andares,
nunca te dejaré de pensar
ni en mis quimeras ni altares.
El cielo me escuchará
en esos canticos elocuentes,
y cuando llegue esa oscuridad
hacia ti iré sonriente.