En la oscuridad, encuentro consuelo, un abrazo invisible que me reconforta, un suspiro perdido que se hace presente, envolviéndome en su cálido manto.
El viento me cuenta secretos, me narra historias de estrellas y sueños, me susurra promesas de un nuevo amanecer.
En la noche, bajo el manto estelado, me encuentro en la calma de un momento, donde el viento y los suspiros se entrelazan, creando un abrazo eterno y sereno.