Conozco personas que de jovenes impulsaron
grandes proyectos, por los que obtuvieron reconocimientos. En su memoria aún quedan restos de todo aquello, que es bueno recuperar, de vez en cuando, para luchar contra el olvido.
Estos hombres y mujeres, con los años, se han ido haciendo mayores. Son aquellos y aquellas, pero ahora lo que les mueve son pequeñas cosas, que no provocan ruido, ni dan titulares.
Lo que hacen, aunque parezca insignificante, es realmente provocador. Como diría el gran Eduardo Galeano son esas pequeñas cosas las que cambian el mundo.
Con los años se han vuelto menos pragmaticas y más anonimas, al tiempo que mas libres para hacer lo que más les llena.
Ahora sí que son\" carpe diem\", pero con menos prisas.
Sus inquietudes tienen que ver con ganas de vivir, no de ir dejando la vida en el empeño.
Ya no tienen que rellenar ningun currículum, sino ser fieles a sus valores y a su conciencia.
Son faciles de querer si se las conoce. En sus hechos derrochan autenticidad.