Ella, se vistió de tristeza, busco flores en el desierto. Peces dorados en las piedras y la luna llena después del alba.
Olvido su nombre al viento, su sonrisa y también su mirada. Su silueta se hizo sombra y siguió la senda escarcha.
Camino sin caminar desnuda y olvido el cielo, el mar y la playa. Olvido su ser en un rincón perdido y su pasión de mujer bajo la enagua.
Ella, que ayer pintó estrellas, besó luceros y encendió mañanas. Ella, al verse sola y sin destino, dejó la vida y algunas lágrimas.