Amorfa luz patidifusa
alterando conciencias malsanas
inclemente en tus besos inapropiados
donde crecen la madera y el sustento
la maquinaria aburrida y trágica,
perpetuándose en el solsticio
que aferró su mano límbica.
Oh, conciencia occidental,
y sus vástagos de pura leña,
ya has crecido bastante!
Gritan tus ambulantes hombres
desarraigados desde sus boletines
oficiales. No queda pues
más que cerrar tus páginas indolentes-.
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