Todos mis lapiceros
huyen de mí,
no quieren oírme,
saben
que mis miradas ocultan
voces
y mis manos
atrapan
la brisa
que se acerca
al horizonte,
mis lápices no quieres escribir
palabras absurdas,
no quieren herir
mi garganta.
Siempre desee tener
un sacapuntas
eléctrico
y una goma
que borrara
mis lágrimas.