Tu lengua navega en las aguas de mi sexo
entre gemidos grito “mío, mío, mío”
respirando con dificultad y sudando frío
ante tanta pasión te miro y sonrió.
Siento como divide mis labios
con sus dedos dibuja círculos en mi botón
soy de él y de sus perversiones
él es mío, y de mi ardor de mujer.
Estoy a punto de explotar en su boca
tanto placer el me provoca
mi cuerpo se mueve a su ritmo
Y siento como libero mi fuente
llegando a contemplar la vida y la muerte.
mis gemidos de satisfacción
hacía eco en aquella habitación
su sonrisa encendía más mi fuego
lo necesitaba tenerlo dentro.
Lo tomé en mis brazos
sobre él mi cuerpo coloqué
empezó a encajar a la perfección
su sexo estaba también por estallar.
Sin inhibiciones fui suya
sus groserías me prendían
y entre latidos y quejidos
nuestros cuerpos se estremecían.
Sentías como cabalgaba
Y tu boca a mis pechos se aferraba
tus manos acariciaban mi espalda
posando como mariposas en mis nalgas
y de pronto una atrevido nalgada
me hacía perder el juicio mientras te miraba.
Escuche tu grito como aullido
dentro de mí, tu simiente chorreaba
cálido líquido que mi vientre albergaba
éramos una sola piel, una sola alma.
Rendida sobre su cuerpo descansaba
Su virilidad dentro de mi aún estaba
Con mucho amor él me abrazaba
dejándome hasta la última gota
en mis entrañas
Estos momentos son eternos
cuando encuentras tu complemento,
tu pareja para bailar al ritmo de tus deseos
y sentirán un solo corazón latir.
Torbellino
Kerly Elizalde