Me dejaste soñar en tus regazos,
me dejaste dormir en tu aposento;
conquistaste mi fe y mi pensamiento
convirtiéndome en reo de tus brazos.
A mis dudas rompiste en mil pedazos
y lograste robar mi sentimiento;
¡y me pudo embriagar tu dulce aliento
al sentir de pasión sus fogonazos!
Levantando el telón de aquel pasado
donde amante gocé de tu ambrosía;
nace un canto de amor apasionado
recordando en tu risa su armonía;
y soñando por siempre enamorado
sigues siendo de amor mi poesía.
Autor: Aníbal Rodríguez.