Hoy te vas de mí. Duele. Todo dentro de mí es un inmenso dolor.
¡Imposible predecir al mañana cuando ya sea ausencia tu amor!
Ver qué te vas y se agita de pronto con ritmo mi respiración
y siento como la pena arroja sus espinas sobre mi corazón.
Inmóvil. Callado. No intento absolutamente nada solo ver
que detrás de ti se va todo lo que ahora supe perder...
Sé mi verdad cruel que ya no podre quererte
y mi lágrima cae quizás para besarte ya estando ausente.
Mi alma trasciende presagiándome aquí ya tu lejanía
donde mis sentimientos se dilatan sabiendo que ya no eres mía...
Te vas y debo dejar que el tiempo vaya pasando
y en mi camino de piedras descubra que aún te estoy amando.
Tiemblan mis manos que tantas veces tu piel acariciaron
y mi pasión se hunde en los silencios que tu adiós aquí me dejaron.
Ya no te tengo y ya me siento inútil, un simple hombre desnudo
una simple sombra inerte parada en el medio del mundo.
Ciego mi amor que atraviesa entre el dolor y el espanto.
¡Sé que voy a pagar con mi vida por amarte yo tanto!
Ya diviso los límites donde mi tristeza se hace oscura y prohibida
y todo es un gran silencio al sentirte ya lejana y perdida...
Siento a mi cuerpo totalmente desgarrado como si supiera
que sentiré mis heridas lacerantes por dentro y por fuera.
Tras tus huellas un viento borrando todo a tu paso
y sin poder seguirte aquí sé que me espera a mí el ocaso.
Presiento que tu lluvia en mí será infinita y larga
con el eco de tu adiós que al oirlo más y más me amarga...
Embargado en mi interior, me entrego al sentimiento
como esa hoja que cae en los brazos del viento.
Te vas. Duele. Y puedo sentir que me abraza la soledad
porque te ame, te amo, te amaré y sé, que esa es mi verdad...