Las huidas de tus ardidos besos,
Y los dulces toques de tus manos.
Han dejado en mí gran embeleso,
Que solo lo miro en los humanos.
*-*
En Usted puse todos mis anhelos
y me hallé el vacío de la muerte.
Pensé, en el amor de mis abuelos
Yo no creo, en cuestión de suerte.
*-*
Las vivencias en mí, son eternas.
Y aún, amo sus caricias benditas.
A su lado, osaba ser, muy tierna.
Y tan sutil, como las margaritas.
*-*
Era, para mi alma, la voz acallada,
y cuál, un dintel de llamas sagradas.
Sus caricias ya las tengo olvidadas.
No deseo ver a mi alma humillada.
*-*
Deseo soltar pesares y pensamientos.
Borrarlo de mi ser y matar los celos.
Hoy niego otro amor, como consuelo.
Debo calmar, violentos sentimientos.
*-*
¡Si un Adán no te ama como mereces,
Aléjate si, con Ese, tú no te enalteces!