Raiza N. Jiménez E.

EN AUSENCIA.-

Las huidas de tus ardidos besos,

Y los dulces toques de tus manos.

Han dejado en mí gran embeleso,

Que solo lo miro en los humanos.

*-*

En Usted puse todos mis anhelos

y me hallé el vacío de la muerte.

Pensé, en el amor de mis abuelos

Yo no creo, en cuestión de suerte.

*-*

Las vivencias en mí, son eternas.

Y aún, amo sus caricias benditas.

A su lado, osaba ser, muy tierna.

Y tan sutil, como las margaritas.

*-*

Era, para mi alma, la voz acallada,

y cuál, un dintel de llamas sagradas.

Sus caricias ya las tengo olvidadas.

No deseo ver a mi alma humillada.

*-*

Deseo soltar pesares y pensamientos.

Borrarlo de mi ser y matar los celos.

Hoy niego otro amor, como consuelo.

Debo calmar, violentos sentimientos.

*-*

¡Si un Adán no te ama como mereces,

Aléjate si, con Ese, tú no te enalteces!