Me inspira la muerte,
me dice que me calme
y siga con la vida...
fluyendo en el titilar de cada momento,
en darlo todo como si no hubiese fin.
Quizá no lo hay,
pero cuando inesperada llega
son mil por qué los que surgen
y la no aceptación de la naturaleza
que a todo da sentido.
Quizá en eso reside el misterio,
en lo inesperado de volver a nacer
cerrando los ojos
y abriéndolos a otro universo.
Las flores consuelan al corazón,
pero están mejor plantadas
dicen los muertos...
Mas los vivos no escuchan,
solo quejas al silencio sereno
que de sentido llena a la vida.
Mil veces te he tenido delante
escrutando eco de mis escombros
para que vea lo irrisorio
de dejar que tapen a la luz de dar todo al día.
Y a la noche.
De sentir latido
por si para en cualquier momento
y en su letanía en el vacío
abrimos los ojos
volviendo de nuevo,
quizá en una charca
donde me reconozca en las noches
en su reflejo.
O quizá me vea con alas.
Descansa en paz
y que tu paz acompañe a los tuyos
para blindarles la fluidez de vivir
sin ataduras y felices..
el respirar que nos toca.
El regalo divino del ahora
tejido efímeramente en mil vidas,
en tantos siglos hasta este...
y es perenne su huella naciente
y los mil mundos que siempre se perpetúan
dejándola en los corazones.