Amante poeta, amante poeta,
te quedaste sin tu alma;
nadie se detiene delante de ti
y te ofrece eterna confianza.
Indiferente o cobarde,
tus amigos te dan la espalda.
No quieres ver tu propio reflejo
y tu mundo se desbarata.
¿Amante poeta por qué sonríes?
He encontrado oro y plata
y para mi felicidad está bien
pero quiero algo más
¿Qué es lo que quieres?
Quiero ser el mejor amor verdadero
de esa belleza llamada diosa.
Quiero ser su mundo, su universo.
Y cuando logre besarla
hallaré la magia que necesito
y hallaré toda la pasión
que tengo en mi corazón
¿Y para qué la quieres?
Para besar sus labios,
pedirle perdón con cara de cachorrito
y susurrarle al oído:
Te quiero, te amo.